26.09.2010, 12:18
Gronlier, Enrique
Cuba
A Isabel
Toma, Lesbia, las páginas preciosas
del bello libro que a tu mano envío,
cual santa prueba de un recuerdo mío,
en vez de darte mis mezquinas glosas;
en él verás las plantas olorosas
que besan ledas el sonante río;
la rubia espiga del ardiente Estío
que se doblega entre fragantes rosas.
Es historia de férvidos amores
do marca la virtud su noble paso:
Es poema de lágrimas y flores.
Una pasión que floreció en su ocaso;
porque es, Belisa, un cuento de pastores
del amante y sensible Garcilaso.
Cuba
A Isabel
Toma, Lesbia, las páginas preciosas
del bello libro que a tu mano envío,
cual santa prueba de un recuerdo mío,
en vez de darte mis mezquinas glosas;
en él verás las plantas olorosas
que besan ledas el sonante río;
la rubia espiga del ardiente Estío
que se doblega entre fragantes rosas.
Es historia de férvidos amores
do marca la virtud su noble paso:
Es poema de lágrimas y flores.
Una pasión que floreció en su ocaso;
porque es, Belisa, un cuento de pastores
del amante y sensible Garcilaso.