24.09.2010, 16:31
Rodríguez Embil, Luis
Cuba
Búscate a ti mismo, si quieres hallarte,
mas no en tus palabras, ni en tus obras, ni en
tus actos, ni en nada que pueda enturbiarte
la visión, y te haga pensar que eres quien
habla, actúa, crea; tan sólo al negarte
podrás poseerte; si ciñen tu sien
coronas, de todas has de despojarte
antes de ser libre y alcanzar el Bien.
Por que tus coronas te son tan extrañas
como los torrentes, como las montañas
-que, al igual que todo, son sueño y no más-.
En la oración tácita que pronuncia el hombre,
él es el sujeto, sin forma y sin nombre,
y es el predicado todo lo demás.
Cuba
Búscate a ti mismo, si quieres hallarte,
mas no en tus palabras, ni en tus obras, ni en
tus actos, ni en nada que pueda enturbiarte
la visión, y te haga pensar que eres quien
habla, actúa, crea; tan sólo al negarte
podrás poseerte; si ciñen tu sien
coronas, de todas has de despojarte
antes de ser libre y alcanzar el Bien.
Por que tus coronas te son tan extrañas
como los torrentes, como las montañas
-que, al igual que todo, son sueño y no más-.
En la oración tácita que pronuncia el hombre,
él es el sujeto, sin forma y sin nombre,
y es el predicado todo lo demás.