20.09.2010, 17:58
Fortún, Fernando
España. 1890 - 1914
En la vieja sala
En la quietud invernal, cerca de la camilla
he creído contemplar mientras que cae la nieve,
en este antiguo estrado de cretona amarilla,
tertulia de principios del siglo diecinueve.
Vendría un consejero de Indias, grave y sesudo,
un canónigo que haría hexámetros latinos,
y un capitán de guardias, mujeriego y rudo
que era uno de los más entusiastas cristinos.
Entrarían despacio al toque de oración
y cuando sobre el pueblo la tarde se moría,
se les vería inclinarse a la luz del velón
diciendo: «¡Oh, mi señora Doña Presentación!»
saludando rendidos a aquella abuela mía
que Don Vicente López, pintó en este sillón.
España. 1890 - 1914
En la vieja sala
En la quietud invernal, cerca de la camilla
he creído contemplar mientras que cae la nieve,
en este antiguo estrado de cretona amarilla,
tertulia de principios del siglo diecinueve.
Vendría un consejero de Indias, grave y sesudo,
un canónigo que haría hexámetros latinos,
y un capitán de guardias, mujeriego y rudo
que era uno de los más entusiastas cristinos.
Entrarían despacio al toque de oración
y cuando sobre el pueblo la tarde se moría,
se les vería inclinarse a la luz del velón
diciendo: «¡Oh, mi señora Doña Presentación!»
saludando rendidos a aquella abuela mía
que Don Vicente López, pintó en este sillón.