13.09.2010, 16:33
Gabriel y Ruiz de Apodaca, Fernando de
Spanien
En la fiesta de la Eucaristía
¡Gloria a ti, Señor Dios! En las alturas
himnos el ángel de alabanza entone,
y tu ternura ensalce y la pregone
la voz de las humanas criaturas.
Hoy, presagiando célicas venturas,
darse al hombre en manjar tu amor dispone,
y por que más su dicha se corone
bienes sin fin y gracias le aseguras.
¡Oh inefable misterio! Jamás pudo
tal maravilla imaginar siquiera
el misterio mortal. ¡Solo el potente,
que, de sacra piedad nunca desnudo,
por dar la vida a quien en él espera
es de clemencia portentosa fuente!
Spanien
En la fiesta de la Eucaristía
¡Gloria a ti, Señor Dios! En las alturas
himnos el ángel de alabanza entone,
y tu ternura ensalce y la pregone
la voz de las humanas criaturas.
Hoy, presagiando célicas venturas,
darse al hombre en manjar tu amor dispone,
y por que más su dicha se corone
bienes sin fin y gracias le aseguras.
¡Oh inefable misterio! Jamás pudo
tal maravilla imaginar siquiera
el misterio mortal. ¡Solo el potente,
que, de sacra piedad nunca desnudo,
por dar la vida a quien en él espera
es de clemencia portentosa fuente!