11.09.2010, 10:10
Nunca gozó al tierra castellana
más gentil y perfecta criatura.
Era su tez tan sonrosada y pura
como el nítido albor de la mañana.
Tenía su mirada soberana
el brillo de un lucero en noche oscura,
y exhalaba su púbera hermosura
el frescor aroma de la flor temprana.
Como el gorjeo halagador del ave
que canta en libertad, era su acento,
a un tiempo mismo, arrebatado y suave.
¿Quién competía, en le risueño coro
de alegres niñas, con aquel portento
de ojos azules y cabellos de oro?
más gentil y perfecta criatura.
Era su tez tan sonrosada y pura
como el nítido albor de la mañana.
Tenía su mirada soberana
el brillo de un lucero en noche oscura,
y exhalaba su púbera hermosura
el frescor aroma de la flor temprana.
Como el gorjeo halagador del ave
que canta en libertad, era su acento,
a un tiempo mismo, arrebatado y suave.
¿Quién competía, en le risueño coro
de alegres niñas, con aquel portento
de ojos azules y cabellos de oro?