11.09.2010, 10:09
Amorosos y tiernos desvaríos
que encendisteis la sangre de mis venas,
ya tan lejanos de mi edad, que apenas
tengo valor para llamaros míos,
surgid de mi pasado, y luego hundíos
en el profundo abismo de mis penas,
como las ondas claras y serenas
que en el inmenso mar vuelcan los ríos.
Rasgad la negra noche de mis males,
cual atraviesa repentino lampo
las nubes más cerradas y sombrías.
Y sed como las lluvias otoñales,
que hacen brotar en el desnudo campo,
quemado por el sol, flores tardía.
que encendisteis la sangre de mis venas,
ya tan lejanos de mi edad, que apenas
tengo valor para llamaros míos,
surgid de mi pasado, y luego hundíos
en el profundo abismo de mis penas,
como las ondas claras y serenas
que en el inmenso mar vuelcan los ríos.
Rasgad la negra noche de mis males,
cual atraviesa repentino lampo
las nubes más cerradas y sombrías.
Y sed como las lluvias otoñales,
que hacen brotar en el desnudo campo,
quemado por el sol, flores tardía.