10.09.2010, 11:04
Menéndez Barriola, Emilio
Argentinien
El dinero
Áureo disco, sonoro, que embellece la vida,
sugestión rutilante del mundano vaivén;
al tintín armonioso de su danza atrevida
se trasforman los hombres y doblegan la sien.
Su poder y virtudes colman toda medida,
pues trasmuta valores con egregio desdén;
es un dios arbitrario de conciencia torcida:
se da al Mal con argucias, con dolores al Bien.
Prodigioso amuleto, brinda locas mercedes;
va sembrando tragedias, cuelga pérfidas redes,
y con guiños aviesos rinde todo a su afán.
Todo, no..., pues hay cosas tan sutiles baluartes,
y jamás don Dinero logrará con sus artes
ni la lira de Apolo ni la flauta de Pan.
Argentinien
El dinero
Áureo disco, sonoro, que embellece la vida,
sugestión rutilante del mundano vaivén;
al tintín armonioso de su danza atrevida
se trasforman los hombres y doblegan la sien.
Su poder y virtudes colman toda medida,
pues trasmuta valores con egregio desdén;
es un dios arbitrario de conciencia torcida:
se da al Mal con argucias, con dolores al Bien.
Prodigioso amuleto, brinda locas mercedes;
va sembrando tragedias, cuelga pérfidas redes,
y con guiños aviesos rinde todo a su afán.
Todo, no..., pues hay cosas tan sutiles baluartes,
y jamás don Dinero logrará con sus artes
ni la lira de Apolo ni la flauta de Pan.