04.09.2010, 10:34
Cotta, Juan Manuel
Argentinien
Dios
«No hay Dios que el universo ordene y rija»,
dijo el necio entre sí. ¡Nefaria idea!
Abra los ojos quien en Dios no crea,
mirando en derredor si hay Dios colija.
¿No hay Dios? Al cielo su mirar dirija,
y el craso error en los espacios lea;
a su hacedor el insensato vez,
si ante su rostro el pensamiento fija.
¿No hay Dios? La vida que en las venas sientes,
el aire, el mar, la tierra que ahora huellas,
las plantas, flores, yerbas, ríos, fuentes
todo te habla de Dios; doquiera bellas
señales de su ser ver elocuentes.
Da, necio, sino a ti, crédito a ellas.
Argentinien
Dios
«No hay Dios que el universo ordene y rija»,
dijo el necio entre sí. ¡Nefaria idea!
Abra los ojos quien en Dios no crea,
mirando en derredor si hay Dios colija.
¿No hay Dios? Al cielo su mirar dirija,
y el craso error en los espacios lea;
a su hacedor el insensato vez,
si ante su rostro el pensamiento fija.
¿No hay Dios? La vida que en las venas sientes,
el aire, el mar, la tierra que ahora huellas,
las plantas, flores, yerbas, ríos, fuentes
todo te habla de Dios; doquiera bellas
señales de su ser ver elocuentes.
Da, necio, sino a ti, crédito a ellas.