28.08.2010, 12:16
Jiménez Lamar, Gabriel
Cuba
Bajo el hondo misterio
Bajo el hondo misterio de la tarde que expira,
el sol, ascua de oro, se pierde en el tramonto,
Un ruiseñor doliente loco de amor delira,
en la paz de la selva desgranando un racconto.
La brisa en los laureles modula triste queja.
La fuente da al espacio su cadencia sonora;
mientras llega a mi oído y expirando se aleja,
la armonía de un piano que una sonata llora.
Primavera d ensueños florece en los rosales
del jardín de mi alma, rebosante de anhelos,
cuando tus blancas manos -dos rosas virginales-
arrancándole al piano dolientes retornelos,
vierten sobre la tarde que agoniza callada,
un ansia insaturable, de amar y ser amada...
Cuba
Bajo el hondo misterio
Bajo el hondo misterio de la tarde que expira,
el sol, ascua de oro, se pierde en el tramonto,
Un ruiseñor doliente loco de amor delira,
en la paz de la selva desgranando un racconto.
La brisa en los laureles modula triste queja.
La fuente da al espacio su cadencia sonora;
mientras llega a mi oído y expirando se aleja,
la armonía de un piano que una sonata llora.
Primavera d ensueños florece en los rosales
del jardín de mi alma, rebosante de anhelos,
cuando tus blancas manos -dos rosas virginales-
arrancándole al piano dolientes retornelos,
vierten sobre la tarde que agoniza callada,
un ansia insaturable, de amar y ser amada...