28.08.2010, 10:48
Fernández Neda, Rafael María
Spanien
A Carmen
Gozo tanto en mirarte, que me olvido
de lo mucho que sufro con no verte,
y vivo con tu vida de tal suerte
que me figuro que antes no he vivido.
Tu amor, el rayo fulgurante ha sido
que dio aliento vital al pecho inerte:
el ángel eres que arrancó a la muerte
la vaga sombra de mi bien perdido.
No hay un solo recuerdo en mi memoria
que no te pertenezca; un pensamiento
que tú no inspires, y te adoro tanto
que no envidio la dicha de la gloria
mientras guarde la fe de un juramento
que por ser de tus labios es tan santo.
Spanien
A Carmen
Gozo tanto en mirarte, que me olvido
de lo mucho que sufro con no verte,
y vivo con tu vida de tal suerte
que me figuro que antes no he vivido.
Tu amor, el rayo fulgurante ha sido
que dio aliento vital al pecho inerte:
el ángel eres que arrancó a la muerte
la vaga sombra de mi bien perdido.
No hay un solo recuerdo en mi memoria
que no te pertenezca; un pensamiento
que tú no inspires, y te adoro tanto
que no envidio la dicha de la gloria
mientras guarde la fe de un juramento
que por ser de tus labios es tan santo.