24.08.2010, 19:23
El jugador
Sin Dios, porque lo olvida en su locura;
sin ley, porque atrevido, la vulnera;
sin hogar, porque, infame, lo perdiera;
sin hijos, porque pan no les procura.
Sin salud, porque tiene calentura:
sin fe, porque del cielo desespera...
Tal es del jugador la verdadera
imponente, fatídica figura.
Vedle: llega al tapete; su atonía
en sorda excitación se torna luego;
late su corazón con furia impía;
el vértigo le invade, olas de fuego
azotan su cerebro... y todavía
con cavernosa voz exclama: «¡Juego!»
Sin Dios, porque lo olvida en su locura;
sin ley, porque atrevido, la vulnera;
sin hogar, porque, infame, lo perdiera;
sin hijos, porque pan no les procura.
Sin salud, porque tiene calentura:
sin fe, porque del cielo desespera...
Tal es del jugador la verdadera
imponente, fatídica figura.
Vedle: llega al tapete; su atonía
en sorda excitación se torna luego;
late su corazón con furia impía;
el vértigo le invade, olas de fuego
azotan su cerebro... y todavía
con cavernosa voz exclama: «¡Juego!»