23.08.2010, 09:43
EN LA TUMBA SIN NOMBRE DE
HERRERA Y REISSIG EN EL
CEMENTERIO DE MONTEVIDEO
Túmulo de esmeraldas y epentismo
como errante pagoda submarina,
ramos de muerte y alba de sentina
ponen loco el ciprés de tu lirismo,
anémonas con fósforo de abismo
cubren tu calavera marfilina,
y el aire teje una guirnalda fina
sobre la calva azul de tu bautismo.
No llega Salambó de miel helada
ni póstumo carbunclo de oro yerto
que salitró de lis tu voz pasada.
Sólo un rumor de hipnótico concierto,
una laguna turbia y disipada,
soplan entre tus sábanas de muerto.
HERRERA Y REISSIG EN EL
CEMENTERIO DE MONTEVIDEO
Túmulo de esmeraldas y epentismo
como errante pagoda submarina,
ramos de muerte y alba de sentina
ponen loco el ciprés de tu lirismo,
anémonas con fósforo de abismo
cubren tu calavera marfilina,
y el aire teje una guirnalda fina
sobre la calva azul de tu bautismo.
No llega Salambó de miel helada
ni póstumo carbunclo de oro yerto
que salitró de lis tu voz pasada.
Sólo un rumor de hipnótico concierto,
una laguna turbia y disipada,
soplan entre tus sábanas de muerto.