21.08.2010, 16:36
Brun, Luis
Spanien
El medio ambiente
Hoy como ayer... Los días en esta ciudad muerta
constantemente iguales nunca traen alegría,
por las calles silentes, por la plaza desierta
corre el viento enervante de la melancolía.
¿Luchar? ¡Pero es tan dulce esta plácida calma!
No ambicionemos gloria, fortuna y poderío,
después de cada instante generoso, en el alma
un ¿para qué? implacable pone siempre el hastío.
Tibio sol, pobres flores en un campo sediento,
amor vulgar, que nunca se convierte en pasión,
bajo el celaje triste, igual y ceniciento,
huyen las ilusiones de nuestro corazón
y es tan hondo y tan grande este renunciamiento
que no se siente pena por la renunciación.
Spanien
El medio ambiente
Hoy como ayer... Los días en esta ciudad muerta
constantemente iguales nunca traen alegría,
por las calles silentes, por la plaza desierta
corre el viento enervante de la melancolía.
¿Luchar? ¡Pero es tan dulce esta plácida calma!
No ambicionemos gloria, fortuna y poderío,
después de cada instante generoso, en el alma
un ¿para qué? implacable pone siempre el hastío.
Tibio sol, pobres flores en un campo sediento,
amor vulgar, que nunca se convierte en pasión,
bajo el celaje triste, igual y ceniciento,
huyen las ilusiones de nuestro corazón
y es tan hondo y tan grande este renunciamiento
que no se siente pena por la renunciación.