21.08.2010, 14:22
Una cogida
Suena el clarín; la multitud se agita;
ya está en el circo la asombrada fiera;
impávido el jinete que la espera
su atención y su enojo solicita.
-Menos vara, morral- un chusco grita:
-¿Se ha enamorado usted de la barrera?-
El hombre avanza, y rápida y certera
a su encuentro la res se precipita.
Como roca del monte desgajada
rueda el jinete, y ébria de furores
cébase en el la fiera ensangrentada;
mientras ahogando el ¡ay! de sus dolores,
la imbécil muchedumbre entusiasmada
Repite: -¡Picadores! ¡picadores!
Suena el clarín; la multitud se agita;
ya está en el circo la asombrada fiera;
impávido el jinete que la espera
su atención y su enojo solicita.
-Menos vara, morral- un chusco grita:
-¿Se ha enamorado usted de la barrera?-
El hombre avanza, y rápida y certera
a su encuentro la res se precipita.
Como roca del monte desgajada
rueda el jinete, y ébria de furores
cébase en el la fiera ensangrentada;
mientras ahogando el ¡ay! de sus dolores,
la imbécil muchedumbre entusiasmada
Repite: -¡Picadores! ¡picadores!