21.08.2010, 14:04
En el bautizo de la niña M. L. de Rute
Bajo el dosel materno cobijada,
por el aroma celestial ungida,
del mundo los ensueños y la vida
te abre el destino la prisión dorada.
Aun abarcar no puede tu mirada
ese vasto horizonte sin medida;
aun es tu corazón larva dormida
en que se encierra mariposa alada.
Cuando esa mariposa tienda el vuelo,
cuando copien sus mágicos colores
rayos de aurora y resplandor de cielo...
Si allí donde concluyen los dolores
hallas mi nombre escrito sobre el suelo,
a quien versos te dio no niegues flores.
Bajo el dosel materno cobijada,
por el aroma celestial ungida,
del mundo los ensueños y la vida
te abre el destino la prisión dorada.
Aun abarcar no puede tu mirada
ese vasto horizonte sin medida;
aun es tu corazón larva dormida
en que se encierra mariposa alada.
Cuando esa mariposa tienda el vuelo,
cuando copien sus mágicos colores
rayos de aurora y resplandor de cielo...
Si allí donde concluyen los dolores
hallas mi nombre escrito sobre el suelo,
a quien versos te dio no niegues flores.