21.08.2010, 13:32
En El Escorial
¡Todo aquí es grande! Soledad, tristeza,
horizonte, recuerdos, poesía;
el templo que a los siglos desafía,
la salvaje y feraz naturaleza.
Donde un prodigio acaba el otro empieza;
donde el pecho no siente se extasía,
y a Dios el labio su plegaria envía
sin que la voluntad le diga: -¡Reza!
Ejemplo vivo del orgullo humano,
aquí Felipe, del francés triunfante,
tumba labró, y alcázar soberano.
Hacer no pudo más, y fue bastante,
que al enterrar su corazón enano
le dio por compañero el de un gigante.
¡Todo aquí es grande! Soledad, tristeza,
horizonte, recuerdos, poesía;
el templo que a los siglos desafía,
la salvaje y feraz naturaleza.
Donde un prodigio acaba el otro empieza;
donde el pecho no siente se extasía,
y a Dios el labio su plegaria envía
sin que la voluntad le diga: -¡Reza!
Ejemplo vivo del orgullo humano,
aquí Felipe, del francés triunfante,
tumba labró, y alcázar soberano.
Hacer no pudo más, y fue bastante,
que al enterrar su corazón enano
le dio por compañero el de un gigante.