21.08.2010, 10:06
La salida del cafetal
Tasca espumante el argentino freno
el bridón principeño generoso;
enarca el cuello en ademán rijoso,
de noble ardor y de soberbia lleno.
La dura boca en el membrudo seno
exhala un resoplido extertoroso,
y bate con estrépito ruidoso
con fuerte callo el desigual terreno.
Suelta la crin de la ondulante cola,
abierta la nariz, el ojo esquivo,
poco es el llano a su impaciencia sola.
Salta mi bien, al fin ; toma el estribo;
el restallante látigo enarbola,
y parte el bruto con su carga altivo.
Tasca espumante el argentino freno
el bridón principeño generoso;
enarca el cuello en ademán rijoso,
de noble ardor y de soberbia lleno.
La dura boca en el membrudo seno
exhala un resoplido extertoroso,
y bate con estrépito ruidoso
con fuerte callo el desigual terreno.
Suelta la crin de la ondulante cola,
abierta la nariz, el ojo esquivo,
poco es el llano a su impaciencia sola.
Salta mi bien, al fin ; toma el estribo;
el restallante látigo enarbola,
y parte el bruto con su carga altivo.