20.08.2010, 17:48
Al regreso del ejército español de África
El león español hoy su melena
sacudió despertando; dio un rugido,
y el africano tigre, ya rendido,
muerde sangriento la tostada arena.
Esos soldados de la faz morena
que el sol ardiente de África ha curtido,
nuestros hermanos son que hoy han vencido,
y en todo el orbe su victoria suena.
El extranjero de inquietud ya lleno,
con sorpresa ha mirado tanta hazaña,
y dice: «Vuelve ya de su desmayo
esa eterna rival del agareno;
España es ya; es otra vez España;
sus hijos son los hijos de Pelayo.»
El león español hoy su melena
sacudió despertando; dio un rugido,
y el africano tigre, ya rendido,
muerde sangriento la tostada arena.
Esos soldados de la faz morena
que el sol ardiente de África ha curtido,
nuestros hermanos son que hoy han vencido,
y en todo el orbe su victoria suena.
El extranjero de inquietud ya lleno,
con sorpresa ha mirado tanta hazaña,
y dice: «Vuelve ya de su desmayo
esa eterna rival del agareno;
España es ya; es otra vez España;
sus hijos son los hijos de Pelayo.»