18.08.2010, 19:38
PEDRO DE QUIRÓS
A UNA DAMA
MIRÁNDOSE AL ESPEJO.
Ese cristal, que en márgenes de plata
a tanto sol reverberar procura,
eco de rayos es de tu hermosura
según escasamente se retrata.
Y aunque lo más que su explendor dilata
lo menos es de tu belleza pura,
en lágrimas resuelto me asegura
que a golpe de tus rayos se desata.
Si quien alcanza a bosquejar tu velo
llanto vivo de amor llora, ¿qué hiciera
si idolatrara como yo tu cielo?
Arde el cristal a vista de tu esfera,
porque abrasando tu presencia un hielo
tenga disculpa un corazón de cera.
A UNA DAMA
MIRÁNDOSE AL ESPEJO.
Ese cristal, que en márgenes de plata
a tanto sol reverberar procura,
eco de rayos es de tu hermosura
según escasamente se retrata.
Y aunque lo más que su explendor dilata
lo menos es de tu belleza pura,
en lágrimas resuelto me asegura
que a golpe de tus rayos se desata.
Si quien alcanza a bosquejar tu velo
llanto vivo de amor llora, ¿qué hiciera
si idolatrara como yo tu cielo?
Arde el cristal a vista de tu esfera,
porque abrasando tu presencia un hielo
tenga disculpa un corazón de cera.