Si en el amado pecho más constante
teme el olvido el amador ausente,
porque en la ausencia el tiempo no consiente
memoria o voluntad perseverante;
yo, que en presencia (miserable amante)
no fui correspondido, y al presente
mi ausencia Filis no recela o siente,
¿qué olvido espero a su rigor bastante?
Esta imaginación, al alma asida,
mil muertes puede darme, y yo con ella
ser puedo a mis tormentos homicida.
Mas, como agradan a su causa bella
tanto mis males, me reserva en vida:
que es mayor el mal que lo será el perdella.
teme el olvido el amador ausente,
porque en la ausencia el tiempo no consiente
memoria o voluntad perseverante;
yo, que en presencia (miserable amante)
no fui correspondido, y al presente
mi ausencia Filis no recela o siente,
¿qué olvido espero a su rigor bastante?
Esta imaginación, al alma asida,
mil muertes puede darme, y yo con ella
ser puedo a mis tormentos homicida.
Mas, como agradan a su causa bella
tanto mis males, me reserva en vida:
que es mayor el mal que lo será el perdella.