17.09.2010, 09:40
Martínez Monroy, José
Spanien 1837 - 1861
Con un duro
Sentí, al pisar de nuestro amado el suelo,
de perder a mis padres la amargura;
no supe que era amor ni qué hermosura,
ni hallé un amigo a quien decir mi anhelo.
En la tumba final del desconsuelo
gime mi corazón: si, por ventura,
ansioso busco a Dios tras esa altura,
y al cielo miro, se oscurece el cielo.
Nada soy, nada tengo, nada valgo;
he dado a la ilusión mi adiós postrero:
¿puedo ya en adelante creer en algo?
Ni honores alcancé, ni fama espero;
entré muerto en la vida, y muerto salgo.
Me queda un duro: ¿para qué lo quiero?
Spanien 1837 - 1861
Con un duro
Sentí, al pisar de nuestro amado el suelo,
de perder a mis padres la amargura;
no supe que era amor ni qué hermosura,
ni hallé un amigo a quien decir mi anhelo.
En la tumba final del desconsuelo
gime mi corazón: si, por ventura,
ansioso busco a Dios tras esa altura,
y al cielo miro, se oscurece el cielo.
Nada soy, nada tengo, nada valgo;
he dado a la ilusión mi adiós postrero:
¿puedo ya en adelante creer en algo?
Ni honores alcancé, ni fama espero;
entré muerto en la vida, y muerto salgo.
Me queda un duro: ¿para qué lo quiero?