12.09.2010, 11:35
El amor y el olvido
Hija querida de la dulce aurora,
pura como sus tímidos fulgores,
entre infinitas y galanes flores
una más bella acariciaba Flora.
Alzábase la flor encantadora,
y creciendo en bellísimos colores,
mostraba su ternura a los favores
del solícito afán de su señora.
Flora halló una mañana carcomido
el hermoso botón, y en él escrita
la huella de un gusano maldecido.
«Tú eres la rosa del amor bendita,
y ese gusano ruin es el olvido.»
Dijo, y lloró sobre la flor marchita.
Hija querida de la dulce aurora,
pura como sus tímidos fulgores,
entre infinitas y galanes flores
una más bella acariciaba Flora.
Alzábase la flor encantadora,
y creciendo en bellísimos colores,
mostraba su ternura a los favores
del solícito afán de su señora.
Flora halló una mañana carcomido
el hermoso botón, y en él escrita
la huella de un gusano maldecido.
«Tú eres la rosa del amor bendita,
y ese gusano ruin es el olvido.»
Dijo, y lloró sobre la flor marchita.