12.09.2010, 10:17
La abuelita
La abuelita tiene cabellos nevados
y unos ojos claros, donde la bondad
va poniendo dulces reflejos dorados
sobre la tristeza de su ancianidad.
Más de ochenta inviernos pasaron por ella,
pero aún está fuerte para trabajar;
prepara unos dulces y hace una paella
que nadie ha podido jamás imitar.
Por las noches, si la cena termina,
limpia diligente la inmensa cocina,
toma su calceta, y en el gran salón,
al coro de nietos que la solicita,
¡cuántas historietas cuenta la abuelita,
hasta que se duerme junto a su sillón!...
La abuelita tiene cabellos nevados
y unos ojos claros, donde la bondad
va poniendo dulces reflejos dorados
sobre la tristeza de su ancianidad.
Más de ochenta inviernos pasaron por ella,
pero aún está fuerte para trabajar;
prepara unos dulces y hace una paella
que nadie ha podido jamás imitar.
Por las noches, si la cena termina,
limpia diligente la inmensa cocina,
toma su calceta, y en el gran salón,
al coro de nietos que la solicita,
¡cuántas historietas cuenta la abuelita,
hasta que se duerme junto a su sillón!...