12.09.2010, 14:44
Suárez Gómez, Antonio
Cuba
Teresa
Atesora el encanto de la hembra bravía
cuyo beso estrangula, cuya caricia mata,
cuando se desenvuelve su lujuria de impía
y el deseo su torpe sensualismo desata.
Tiene cuerpo de Venus y corazón de ingrata.
La seducción es nula para su altanería,
y el enfado en su grave semblante se retrata
cuando la hacen objeto de una galantería.
Su ideal es un hijo, y en su busca labora,
esperando que llegue para su carne la hora
de abrirse en un milagro de fructificación.
Porque ella reconoce la misión de la hembra
y quiere que en su entraña la fecundante siembra
ejecute su obra de multiplicación.
Cuba
Teresa
Atesora el encanto de la hembra bravía
cuyo beso estrangula, cuya caricia mata,
cuando se desenvuelve su lujuria de impía
y el deseo su torpe sensualismo desata.
Tiene cuerpo de Venus y corazón de ingrata.
La seducción es nula para su altanería,
y el enfado en su grave semblante se retrata
cuando la hacen objeto de una galantería.
Su ideal es un hijo, y en su busca labora,
esperando que llegue para su carne la hora
de abrirse en un milagro de fructificación.
Porque ella reconoce la misión de la hembra
y quiere que en su entraña la fecundante siembra
ejecute su obra de multiplicación.