22.10.2010, 17:36
Villa, José J.
Cuba
Como yo hago un soneto
Tomo un papel más blanco que el armiño;
lo extiendo en mi carpeta con esmero;
la pluma empuño, mojo en el tintero,
y con cualquier tesis me encariño.
Por ejemplo, el Amor, que es un buen niño,
aunque a veces un tanto majadero:
mis cuitas le relato placentero,
le acaricio después, y al fin le riño.
Medito un poco más. De nuevo mojo
la péñola que, exhausta, ya no escribe,
y el hilo del asunto otra vez cojo.
Pero, ya aquí, la musa se apercibe
de que hacer un soneto fue mi antojo,
y que lo de por hecho me prescribe.
Cuba
Como yo hago un soneto
Tomo un papel más blanco que el armiño;
lo extiendo en mi carpeta con esmero;
la pluma empuño, mojo en el tintero,
y con cualquier tesis me encariño.
Por ejemplo, el Amor, que es un buen niño,
aunque a veces un tanto majadero:
mis cuitas le relato placentero,
le acaricio después, y al fin le riño.
Medito un poco más. De nuevo mojo
la péñola que, exhausta, ya no escribe,
y el hilo del asunto otra vez cojo.
Pero, ya aquí, la musa se apercibe
de que hacer un soneto fue mi antojo,
y que lo de por hecho me prescribe.