22.10.2010, 17:32
Vila, Juan Lorenzo Jesús
Cuba
A don Juan Noriega
Ya el sol vibraba sobre el claro Oriente
y en carro de oro entre la mar salía,
cuando ya Euterpe en mi interior decía:
canta el día de Juan, gloria eminente.
Holgábase con esto ya la mente
en obsequiar tu alegre y feliz día;
de intérpretes sirvió la pluma mía
y el pecho aquí grabó lo que en sí siente.
Huye las penas, que el vivir penando
es muerte doble a tu orfandad injusta
que acero impío de asesino bando,
labró malvado... y en tu edad adusta,
recuerda siempre que nos son prestados,
el oro, hacienda, y el vivir amados.
Cuba
A don Juan Noriega
Ya el sol vibraba sobre el claro Oriente
y en carro de oro entre la mar salía,
cuando ya Euterpe en mi interior decía:
canta el día de Juan, gloria eminente.
Holgábase con esto ya la mente
en obsequiar tu alegre y feliz día;
de intérpretes sirvió la pluma mía
y el pecho aquí grabó lo que en sí siente.
Huye las penas, que el vivir penando
es muerte doble a tu orfandad injusta
que acero impío de asesino bando,
labró malvado... y en tu edad adusta,
recuerda siempre que nos son prestados,
el oro, hacienda, y el vivir amados.