21.10.2010, 21:40
Valdés de la Paz, Osvaldo
Cuba
El poeta
El poeta está enfermo de tristeza
a fuerza de pesares y de abrojos,
tiene sombras oscuras en los ojos
y se inclina abatida su cabeza.
Suspira mucho, sin cesar suspira
rimando las estrofas de su canto,
y de repente le sorprende el llanto
y tiene presto que colgar la lira.
Le quiero a veces ofrecer consuelo
al mirarle, borracho por el suelo
como un loco, rodando hacia el abismo...
-¡Dime lo que te aflige y te anonada!
Y me responde sollozando: -¡Nada!
¡Lo que me pasa no lo sé yo mismo!
Cuba
El poeta
El poeta está enfermo de tristeza
a fuerza de pesares y de abrojos,
tiene sombras oscuras en los ojos
y se inclina abatida su cabeza.
Suspira mucho, sin cesar suspira
rimando las estrofas de su canto,
y de repente le sorprende el llanto
y tiene presto que colgar la lira.
Le quiero a veces ofrecer consuelo
al mirarle, borracho por el suelo
como un loco, rodando hacia el abismo...
-¡Dime lo que te aflige y te anonada!
Y me responde sollozando: -¡Nada!
¡Lo que me pasa no lo sé yo mismo!