25.09.2010, 09:20
A mi amada
Mira, mi bien, cuán mustia y deshojada
está con el color aquella rosa
que ayer brillante, fresca y olorosa,
puse en tu blanca mano perfumada.
Dentro de poco tornárase en nada:
No verás en el mundo alguna cosa
que a mudanza feliz o dolorosa
no se encuentre sujeta u obligada.
Sigue a las tempestades la bonanza,
siguen al gusto el tedio y las tristeza;
mas perdona que tenga desconfianza
y dude de tu amor y tu terneza,
que habiendo en todo el mundo tal mudanza
¿Sólo en tu corazón habrá firmeza?
Mira, mi bien, cuán mustia y deshojada
está con el color aquella rosa
que ayer brillante, fresca y olorosa,
puse en tu blanca mano perfumada.
Dentro de poco tornárase en nada:
No verás en el mundo alguna cosa
que a mudanza feliz o dolorosa
no se encuentre sujeta u obligada.
Sigue a las tempestades la bonanza,
siguen al gusto el tedio y las tristeza;
mas perdona que tenga desconfianza
y dude de tu amor y tu terneza,
que habiendo en todo el mundo tal mudanza
¿Sólo en tu corazón habrá firmeza?