15.09.2010, 16:27
Gutiérrez Nájera, Manuel
México. 1850 - 1895
Dios
Los mares en tormenta o en bonanza
nos revelan, Señor, tu omnipotencia,
y los astros nos dicen tu alta ciencia,
y las aves nos cantan tu alabanza.
La tempestad, Señor, es tu venganza,
tu mirada amorosa, la clemencia;
tu santuario del justo, la conciencia;
y tu dulce sonrisa, la esperanza.
No puede el hombre concebir tu alteza,
y el azul pabellón del firmamento
un reflejo sólo es de tu grandeza.
En todo está tu poderoso aliento,
y es un canto a tu amor Naturaleza,
y un canto a tu saber el Pensamiento.
México. 1850 - 1895
Dios
Los mares en tormenta o en bonanza
nos revelan, Señor, tu omnipotencia,
y los astros nos dicen tu alta ciencia,
y las aves nos cantan tu alabanza.
La tempestad, Señor, es tu venganza,
tu mirada amorosa, la clemencia;
tu santuario del justo, la conciencia;
y tu dulce sonrisa, la esperanza.
No puede el hombre concebir tu alteza,
y el azul pabellón del firmamento
un reflejo sólo es de tu grandeza.
En todo está tu poderoso aliento,
y es un canto a tu amor Naturaleza,
y un canto a tu saber el Pensamiento.