12.09.2010, 16:06
Amo, pero ¡qué digo! ¡dolor fiero!
Muero, rabio, ¡ay de mí! pues cuando lloro,
si me obliga a la vida el bien que adoro
es un motivo cruel del mal que muero.
En uno y otro estado considero
neutral mi vida, pues con vil desdoro
en las contrarias ansias que atesoro
me irrita y cansa ya lo que más quiero.
Busco en vez del sosiego la fatiga
y hallo en lugar de amor un ciego abismo
que cuanto encuentro en él me desobliga.
Triunfo soy de tu loco despotismo
y siendo tú, Roselia, mi enemiga,
¿qué paz esperar puedo de mí mismo?
Muero, rabio, ¡ay de mí! pues cuando lloro,
si me obliga a la vida el bien que adoro
es un motivo cruel del mal que muero.
En uno y otro estado considero
neutral mi vida, pues con vil desdoro
en las contrarias ansias que atesoro
me irrita y cansa ya lo que más quiero.
Busco en vez del sosiego la fatiga
y hallo en lugar de amor un ciego abismo
que cuanto encuentro en él me desobliga.
Triunfo soy de tu loco despotismo
y siendo tú, Roselia, mi enemiga,
¿qué paz esperar puedo de mí mismo?