12.09.2010, 10:22
El sol y la luna
Entre las manos de mi madre anciana
la cabellera de su nieto brilla,
y es puñado de trigo, áurea gavilla,
oro de sol robado a la mañana.
Luce mi madre en tanto -espuma vana
que la ola del tiempo echó a la orilla-
a modo de una hostia sin mancilla,
su relumbrante cabellera cana.
Grupo de plata y oro que en derroches
cubren mi corazón de regocijo.
No importa nada que el rencor me ladre,
porque para mis días y mis noches,
tengo el sol en los bucles de mi hijo
y la luna en las canas de mi madre.
Entre las manos de mi madre anciana
la cabellera de su nieto brilla,
y es puñado de trigo, áurea gavilla,
oro de sol robado a la mañana.
Luce mi madre en tanto -espuma vana
que la ola del tiempo echó a la orilla-
a modo de una hostia sin mancilla,
su relumbrante cabellera cana.
Grupo de plata y oro que en derroches
cubren mi corazón de regocijo.
No importa nada que el rencor me ladre,
porque para mis días y mis noches,
tengo el sol en los bucles de mi hijo
y la luna en las canas de mi madre.