11.09.2010, 12:54
El espectro
A veces, desde el fondo de su abismo, el pasado
resurge como muerto que el mar lanza a la orilla,
mostrando el gesto trágico de su faz amarilla,
al que en tranquila calma la tormenta ha olvidado.
Y como el navegante, al mirar del ahogado
los restos, la tormenta recuerda tembloroso,
así tiembla el doliente al contemplar medroso
el fantasma siniestro de su mal mal curado.
Cruel destino -tromba sobre tranquilos mares
que encrespas las amargas olas de las pasiones-
cuando apagan sus notas tus rugientes conciertos;
deja que en el olvido se calman los pesares,
sin que vuelva el recuerdo a herir los corazones,
sin que surga el pasado como del mar los muertos.
A veces, desde el fondo de su abismo, el pasado
resurge como muerto que el mar lanza a la orilla,
mostrando el gesto trágico de su faz amarilla,
al que en tranquila calma la tormenta ha olvidado.
Y como el navegante, al mirar del ahogado
los restos, la tormenta recuerda tembloroso,
así tiembla el doliente al contemplar medroso
el fantasma siniestro de su mal mal curado.
Cruel destino -tromba sobre tranquilos mares
que encrespas las amargas olas de las pasiones-
cuando apagan sus notas tus rugientes conciertos;
deja que en el olvido se calman los pesares,
sin que vuelva el recuerdo a herir los corazones,
sin que surga el pasado como del mar los muertos.