29.08.2010, 09:37
Obstinación
Pisotear el laurel que se fecunda
con las gotas de sangre de tus venas;
deshojar, como ramo se azucenas,
tus sueños de oro entre la plebe inmunda;
doblar el cuello a la servil coyunda
y, encorvado por ásperas cadenas,
dejar que en el abismo de tus penas
el sol de tu ambición sus rayos hunda;
tal es ¡oh soñador! la ley tirana
que te impone la vida en su carrera;
pero, sordo a esa ley que tu alma asombra,
pasas altivo entre la turba humana,
mostrando inmaculada tu quimera,
como pasa una estrella por la sombra.
Pisotear el laurel que se fecunda
con las gotas de sangre de tus venas;
deshojar, como ramo se azucenas,
tus sueños de oro entre la plebe inmunda;
doblar el cuello a la servil coyunda
y, encorvado por ásperas cadenas,
dejar que en el abismo de tus penas
el sol de tu ambición sus rayos hunda;
tal es ¡oh soñador! la ley tirana
que te impone la vida en su carrera;
pero, sordo a esa ley que tu alma asombra,
pasas altivo entre la turba humana,
mostrando inmaculada tu quimera,
como pasa una estrella por la sombra.