28.08.2010, 13:33
En un ungenio
Opulentos y verdes campos míos,
testigos de los juegos de mi infancia,
montes llenos de sombra y de fragancia,
do nacieron mis tiernos desvaríos;
vuestros dulces encantos están fríos,
ya no existe la paz y la abundancia;
ni las cañas meciéndose a distancia,
ni entre el palmar los rústicos bohíos.
Negros escombros, tenebrosas ruinas,
luto y desolación solo proclama
el viento en las praderas y colinas.
¡Ay! culpa fue de la implacable tea;
pero ¿qué importa, si brilló en su llama
¡oh, Libertad! tu sacrosanta idea?...
Opulentos y verdes campos míos,
testigos de los juegos de mi infancia,
montes llenos de sombra y de fragancia,
do nacieron mis tiernos desvaríos;
vuestros dulces encantos están fríos,
ya no existe la paz y la abundancia;
ni las cañas meciéndose a distancia,
ni entre el palmar los rústicos bohíos.
Negros escombros, tenebrosas ruinas,
luto y desolación solo proclama
el viento en las praderas y colinas.
¡Ay! culpa fue de la implacable tea;
pero ¿qué importa, si brilló en su llama
¡oh, Libertad! tu sacrosanta idea?...