27.08.2010, 11:23
Bermúdez, Anacleto
La Habana (Cuba). 1806 - 1852
El paseo por el Tínima
Atormentado por la pena impía
a la orilla del Tínima vagaba,
y sus corrientes puras aumentaba
con el acerbo llanto que vertía.
«¿Adónde está Mirtila?» le decía
con débil voz que lenta resonaba,
y el eco de lejos me escuchaba,
«¿Adónde está Mirtila?» repetía.
De las serenas ondas de repente
dando al aire las bellas hebras de oro,
una ninfa salió, que blandamente
enjugar quiso mi angustiado lloro:
La vi, no era Mirtila, odié su encanto,
bajé los ojos y volví a mi llanto.
La Habana (Cuba). 1806 - 1852
El paseo por el Tínima
Atormentado por la pena impía
a la orilla del Tínima vagaba,
y sus corrientes puras aumentaba
con el acerbo llanto que vertía.
«¿Adónde está Mirtila?» le decía
con débil voz que lenta resonaba,
y el eco de lejos me escuchaba,
«¿Adónde está Mirtila?» repetía.
De las serenas ondas de repente
dando al aire las bellas hebras de oro,
una ninfa salió, que blandamente
enjugar quiso mi angustiado lloro:
La vi, no era Mirtila, odié su encanto,
bajé los ojos y volví a mi llanto.