23.08.2010, 17:52
Cervantes y don Juan de Austria
Cesó el combate; el triunfo del guerrero
príncipe, exalta el lustre de su cuna.
¡Cuán otra de Cervantes la fortuna;
manco, herido, olvidado y prisionero!
El Pontífice, el Rey, el Orbe entero
honran al héroe que humilló a la Luna,
y el que a España dio gloria cual ninguna,
baja a ignorada huesa, como Homero.
Corren los siglos, y cambiante gira
también la luz, y la razón s ensancha,
los fallos de otra edad el tiempo trueca,
que a enaltecer la humanidad aspira,
engrandece a «El Hidalgo de la Mancha»
y los laureles de Lepanto seca.
Cesó el combate; el triunfo del guerrero
príncipe, exalta el lustre de su cuna.
¡Cuán otra de Cervantes la fortuna;
manco, herido, olvidado y prisionero!
El Pontífice, el Rey, el Orbe entero
honran al héroe que humilló a la Luna,
y el que a España dio gloria cual ninguna,
baja a ignorada huesa, como Homero.
Corren los siglos, y cambiante gira
también la luz, y la razón s ensancha,
los fallos de otra edad el tiempo trueca,
que a enaltecer la humanidad aspira,
engrandece a «El Hidalgo de la Mancha»
y los laureles de Lepanto seca.