21.08.2010, 14:27
Soneto a las mujeres
Por ellas crucé el mar y corrí en posta
pues, de sus gracias, el sabroso pisto
no se puede olvidar cuando se han visto,
aunque abunden los bajos en su costa.
Ya sepan a jarabe, ya a langosta,
la lean el Corán o amen a Cristo,
siempre a servirlas me hallaran previsto
con alma grande, si con bolsa angosta.
Por una risa suya, por un gesto,
quien de salud y vida no haga el gasto
eunuco debe ser sólo por esto;
mas ¡ay! del que las tome a todo pasto.
Aprenderá, por su desgracia, presto,
que tiene más ventajas el ser casto.
Por ellas crucé el mar y corrí en posta
pues, de sus gracias, el sabroso pisto
no se puede olvidar cuando se han visto,
aunque abunden los bajos en su costa.
Ya sepan a jarabe, ya a langosta,
la lean el Corán o amen a Cristo,
siempre a servirlas me hallaran previsto
con alma grande, si con bolsa angosta.
Por una risa suya, por un gesto,
quien de salud y vida no haga el gasto
eunuco debe ser sólo por esto;
mas ¡ay! del que las tome a todo pasto.
Aprenderá, por su desgracia, presto,
que tiene más ventajas el ser casto.