20.08.2010, 22:54
Dedicatoria
A ti, de ingenio y luz raudal hirviente,
de las helenas gracias compañera,
de mis cantos daré la flor primera:
cobre hermosura al adornar tu frente.
No de otro modo en bosque floreciente,
rudo y sin desbastar el leño espera,
o el mármol encerrado en la cantera,
el sabio impulso de escultor valiente.
Llega el artista y la materia rinde,
levántase la forma vencedora
del mármol que el cincel taja y escinde:
Corra, en la piedra, de la vida el río:
tú serás el cincel, noble señora,
que labre el mármol del ingenio mío.
A ti, de ingenio y luz raudal hirviente,
de las helenas gracias compañera,
de mis cantos daré la flor primera:
cobre hermosura al adornar tu frente.
No de otro modo en bosque floreciente,
rudo y sin desbastar el leño espera,
o el mármol encerrado en la cantera,
el sabio impulso de escultor valiente.
Llega el artista y la materia rinde,
levántase la forma vencedora
del mármol que el cincel taja y escinde:
Corra, en la piedra, de la vida el río:
tú serás el cincel, noble señora,
que labre el mármol del ingenio mío.