18.08.2010, 20:03
EL SUEÑO DEL CAIMÁN
Enorme tronco que arrastró la ola,
yace el caimán varado en la ribera;
espinazo de abrupta cordillera,
fauces de abismo y formidable cola,
el sol envuelve en fúlgida aureola,
y parece lucir cota y cimera,
cual monstruo de metal que reverbera
y que, al reverberar se tornasola.
Inmóvil como un ídolo sagrado,
ceñido en mallas de compacto acero,
está ante el agua estático y sombrío,
a manera de un príncipe encantado
que vive eternamente prisionero
en el palacio de cristal de un río...
Enorme tronco que arrastró la ola,
yace el caimán varado en la ribera;
espinazo de abrupta cordillera,
fauces de abismo y formidable cola,
el sol envuelve en fúlgida aureola,
y parece lucir cota y cimera,
cual monstruo de metal que reverbera
y que, al reverberar se tornasola.
Inmóvil como un ídolo sagrado,
ceñido en mallas de compacto acero,
está ante el agua estático y sombrío,
a manera de un príncipe encantado
que vive eternamente prisionero
en el palacio de cristal de un río...